Versiones

ESO

                                      Czeslaw Milosz

Ojalá yo pudiera decir que está aquí dentro.

Y gritar que he mentido

afirmando que eso en mí no estaba,

cuando está siempre ahí, días y noches.

Aunque gracias a eso yo supe describir sus ciudades en llamas,

sus amores y juegos desmembrándose en humus,

los aretes y espejos, la suave caída de un tirante,

las escenas de alcoba y campos de batalla.

Escribir fue una forma de proteger los flancos

o de borrar las huellas. Porque a nadie le gusta

aquel que alcanza lo prohibido.

Pido ayuda a los ríos que crucé, a los lagos

con puentes y cedazos, a los valles

en cuyo eco la canción duplica las luces del crepúsculo,

y confieso que mis extáticos halagos a la vida

no fueron sino ensayos de alto estilo.

Pero debajo estaba eso que no me atrevo a nombrar.

Eso se parece al pensamiento de alguien sin casa cuando

atraviesa la calle ajena, congelada.

Se asemeja al momento en que un judío escucha los pesados

cascos de los gendarmes alemanes.

Cuando el hijo del rey se adentra en la ciudad y descubre el mundo:

pobreza, enfermedad, vejez y muerte.

Puede ser comparado con el inmóvil rostro de quien sabe

que ha sido abandonado para siempre.

O con las palabras del médico sobre la sentencia inevitable.

Porque eso significa enfrentarse a un muro de piedra

y entender que ese muro no cederá ante nuestras súplicas.

ALTURA

We never know how high we are
by Emily Dickinson

We never know how high we are
Till we are called to rise;
And then, if we are true to plan,
Our statures touch the skies—

The Heroism we recite
Would be a daily thing,
Did not ourselves the Cubits warp
For fear to be a King

No conocemos nunca nuestra altura
hasta que nos levanta una llamada;
y si fieles al plan somos entonces,
alcanzamos el cielo.

El heroísmo que cantamos hoy
sería tan común como las horas,
si no nos agostáramos y hundiéramos
por temor a ser reyes.

REMEMBER

Christina Rosetti

Recuérdame cuando me haya ido
y esté lejos en silenciosa tierra;
cuando no puedas tú darme la mano
ni yo amagar con ir y al fin quedarme.
Recuérdame cuando al pasar los días
no me hables ya del porvenir que trazas:
sólo recuérdame; habrás notado
que es tarde para súplicas o avisos.
Y aún si me olvidases por un tiempo
y luego recordaras, no te aflijas:
pues si la muerte y la tiniebla dejan
un rastro de mi antiguo pensamiento,
será mejor que olvides y sonrías
antes que me recuerdes y estés triste.

DOS POEMAS CHINOS

(Anónimo chino del siglo II)

Vadeando el arroyo
recojo algunas flores
de loto y las orquídeas
que doran la ribera.

¿A quién las mandaré?
A mi lejano amor.
Miro a mi tierra.
¡Qué invisible y remota!

Un mismo corazón nos une,
pero entre nosotros se mueve la distancia.
¡Qué nostalgia!
¿Estamos condenados
a envejecer en la desdicha?

Liu K’o Chuan
Dinastía Song

Llegué al norte, a ciudades fronterizas
y bordeé en el sur el mar salado,
pero no hallé un lugar en esta tierra
donde dejar la pena y huir luego.

NADIE

Emily Dickinson

Soy nadie. ¿Y tú quién eres?
¿Eres nadie también?
¿Somos entonces dos?
No dejes que lo sepan.

Qué público y monótono
ser alguien, como el sapo.
Decir tu nombre en junio
a la asombrada charca.

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